La depresión es quedarse sin motor, es un estado totalmente paralizador en el que lo más básico, lo que nos empuja, lo que nos emociona, lo que los genera alegría, risas, motivación… se paraliza. La persona con depresión queda a la deriva, ni siquiera el movimiento generado por su entorno es capaz de eliminar esa inercia, ni de mitigar el dolor desolador de la depresión.
En ocasiones esta sombra que nos atrapa dentro de la depresión puede ser motivada por algún suceso o acontecimiento vital desolador, pero en ocasiones la depresión nace espontáneamente en nuestro interior.
La depresión nos arrastra y nos engulle al estado mas paralizador, oscuro, desmotivador ¿Qué nos queda cuando no hay ganas? ¿Cuándo todo es desesperanzador? ¿Cuándo estamos inmovilizados por nuestro propio dolor? Esto es lo terrible de la depresión, su capacidad de desnudarnos y de dejarnos tan maltrechos que no podemos sentir, pensar y actuar. La depresión nos reduce a malestar.
No es fácil luchar contra la depresión, es necesario contar con aliados, y es ahí dónde como psicóloga comienza mi misión. Mediante diferentes técnicas junto@ plantaremos cara a tu malestar y trabajaremos para lograr reducirlo y arrinconarlo en el más remoto rincón en tu interior.
Sin duda, los primeros pasos en el camino a la recuperación son los más difíciles, debido al carácter opresor y paralizador de la depresión. Confía en mí, mi promesa es tratar de ayudarte y no soltarte.
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